Un programa de seguridad biométrica anunciado a principios de este mes por la Administración de Seguridad del Transporte (Transportation Security Administration – TSA) podría permitir a los viajeros moverse a través de las líneas de seguridad sin la necesidad de interactuar con una persona, lo que podría reducir la propagación del coronavirus y acelerar la seguridad del aeropuerto.
El programa piloto, que inicialmente se limitará al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington, permitirá a los viajeros tomarse una foto con una tableta que automáticamente la comparará con la foto de la forma de identificación elegida. En lugar de entregar sus pasaportes o identificaciones estatales a un agente de la TSA directamente, los viajeros insertarán el documento en un escáner debajo de la tableta, lo que reducirá la cantidad de contacto en persona entre ellos y los agentes de la TSA. Una vez que se haya tomado la foto, un oficial de la TSA sentado detrás de un escudo acrílico recibirá la coincidencia de rostro, la autenticación de identificación y la información del vuelo en su computadora y puede optar por permitir que el viajero pase al carril de inspección.
Los escáneres también representarían el paso más técnico hasta ahora por parte de la TSA para reducir la propagación del COVID-19 en los aeropuertos, que se han convertido en pueblos fantasmas a medida que los viajes aéreos se han desplomado. El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) han advertido contra los viajes en avión, si es posible, para reducir la propagación del virus, y la TSA ha implementado varias otras medidas higiénicas, como exigir que todos los agentes usen máscaras y guantes en todo momento, y desinfectar regularmente los puntos de contacto en el área de seguridad, como papeleras y pasamanos.
“A la luz de COVID-19, las precauciones avanzadas de salud y seguridad se han convertido en una prioridad principal y parte de la nueva normalidad para la TSA”, dijo el administrador de la TSA, David Pekoske, en un comunicado de prensa. “Como resultado, estamos explorando pruebas e implementación rápidas de esta tecnología de autoservicio sin contacto. Al final del piloto, esperamos poder determinar cómo el posicionamiento de la nueva tecnología permitirá que los pasajeros la utilicen ellos mismos, proporcionando así una experiencia más segura en el punto de control, al tiempo que agrega importantes beneficios de seguridad ”.
Si bien las nuevas barreras físicas entre los viajeros y los inspectores de la TSA son un efecto de la pandemia de coronavirus, la tecnología de escaneo no lo es, ya que se probó anteriormente en septiembre pasado en el Aeropuerto Internacional McCarran de Las Vegas.
Y el reconocimiento facial ha existido en los aeropuertos durante varios años, incluidas varias puertas en National. Pero la TSA dijo que las fotografías tomadas en este nuevo proyecto no se guardarán después de que se utilicen para la verificación. Los viajeros también pueden negarse a que les tomen una foto, permitiendo que la TSA los verifique visualmente con la imagen escaneada de su identificación.
El escaneo biométrico en los aeropuertos ha provocado la ira de los defensores de la privacidad, incluido el Centro Legal de Privacidad y Tecnología de Georgetown, que afirmó en un informe de 2017 que un programa biométrico del Departamento de Seguridad Nacional se basaría en un “terreno legal inestable”, ya que nunca ha sido autorizado explícitamente. por el Congreso. Los programas de reconocimiento facial en los aeropuertos de todo el país se han expandido a medida que la tecnología se ha vuelto más refinada y desde entonces han atrapado a los pasajeros que intentan hacerse pasar por otros viajeros.
Traducido por Luis R Castellanos de publicación en StateScoop
